Page 21 - REVISTA OCTUBRE 2018
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PERSÉPOLIS











                             ¿OTRA MANERA DE ENTENDER


                                            LA HISTORIETA?






                  Que Persépolis, de Marjane Satrapi, ha provocado que mu-  blicada en la revista italiana Sgt. Kirk en 1967, pero que en
                  chos lectores adultos lean historieta es un hecho. Claro que   1972 fue compilada por vez primera en el formato que tenía
                  esos lectores igual piensan que han leído una novela gráfica,   sentido, o sea, como libro. Esta obra influyó decisivamen-
                  lo que les aleja del concepto “historieta” para entrar en una   te en que la editorial belga Casterman iniciara su colección
                  nueva dimensión de las viñetas. Pero, créanme, han leído   Romans (À suivre), que aparte de diversas obras de Corto
                  una historieta.                              Maltés nos aportó libros como Ici Même (1979), de Tardi o
                                                                    La Belette (1983), de Comés que, sí, también fueron
                  Persépolis está íntimamente ligada a la potencia-    prepublicadas en la revista (À Suivre) pero que,
                  ción del concepto “novela gráfica”. Cuando             como  la obra de  Pratt, estaban pensadas
                  fue publicada por vez primera en cuatro                  para ser editadas como libros.
                  tomos por parte de L’Association (2000-
                  2003), en Francia ya hablaban de ro-                       El sello “novela gráfica” se extendió con
                  man graphique, y en otros países oc-                       la aparición del Maus de Art Siegelman
                  cidentales andábamos manejando las                          (1992), también prepublicada en la re-
                  palabras novela gráfica. En realidad,                       vista  Raw. De repente, hacia finales
                  la idea de verter en viñetas una obra                       de la década de los años noventa del
                  de una extensión más o menos larga                          siglo pasado, parecía que se había re-
                  como libro único (o por entregas) y                        descubierto que la historieta para adul-
                  para lectores maduros ya era vieja en                     tos podía tener la misma categoría que
                  el año 2000. El norteamericano Gil Kane                  una obra literaria; craso error, ya tenía esa
                  había elaborado junto al guionista  Archie              categoría. Pero el mercado es el mercado, y
                  Goodwin obras como His Name is… Savage               el sello de “novela gráfica” abría unas posibili-
                  (1968) o Blackmark (1971), que ofrecían algo pa-  dades comerciales hasta entonces insólitas en lo que
                  recido a una “novela”, pero con viñetas. Hubo en Es-  se refiere a la búsqueda de nuevos lectores, adultos
                  tados Unidos otras iniciativas de este tipo: The First   en este caso. Si les vendíamos que esas novela grá-
                  Kingdom  (1974-1986) de  Jack Katz,  Marea roja    ficas eran novelas dibujadas, subíamos un peldaño
                  (1976) de Jim Steranko o The Silver Surfer (1978)   en una categoría inventada que, sí, aparte de abrir
                  de Stan Lee y Jack Kirby. Hasta que en 1978 llegó   un nuevo mercado ofrecía renovadas posibilidades
                  Will Eisner con su Contrato con Dios, y estableció un   narrativas y estéticas a la historieta.
                  término ya utilizado, el de “graphic novel”. Eisner era muy
                  consciente de que estaba realizando una historieta, sólo que   Ya en 1996, David B. empezó a publicar en seis tomos Epi-
                  en aquel momento, para diferenciarse del por entonces habi-  léptico (1996-2003), en una editorial relativamente nueva,
                  tual formato de comic-book dirigido a lectores jóvenes, utili-  joven, con ganas de experimentar y de tomarse muy en serio
                  zó lo de “graphic” y “novel” para delimitar su propuesta: su   la historieta: la francesa L’Association. Su aparición supuso
                  libro era como una novela, pero con viñetas, y para lectores   un nuevo empuje para la novela gráfica; muchos lectores
                  adultos.                                     adultos que, hasta entonces, tenían a la historieta como un
                                                               medio de comunicación infantil y juvenil, descubrieron que
                  Recordemos que algunos años antes se había publicado La   las viñetas podían tener temáticas serias y adultas… como
                         balada del Mar Salado, primera aparición del gran   las novelas. Faltó, quizá, pedagogía, para evidenciar
                          Corto Maltés de Hugo Pratt que, sí, fue prepu-  que esas viñetas para adultos (y no me refiero a las
                                                                                           > sigue leyendo
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